El que la FAO haya querido dedicar la actual Jornada Mundial de la Alimentación al tema «El clima está cambiando. La alimentación y la agricultura también», nos lleva a considerar la dificultad añadida que supone para la lucha contra el hambre la presencia de un fenómeno complejo como el del cambio climático. Con el fin de hacer frente a los retos que la naturaleza plantea al hombre y el hombre a la naturaleza (cf. Enc. Laudato si’, 25), me permito ofrecer algunas reflexiones a la consideración de la FAO, de sus Estados miembros y de todas las personas que participan en su actividad.