El nuevo Ministro de Economía, es bueno recordarlo, fue durante su anterior gestión durante el gobierno de Mauricio Macri, el mayor tomador de deuda de la historia. Ese endeudamiento habilito un proceso de fuga de divisas facilitado desde su gobierno que dejó en cabeza del pueblo argentino la deuda que fue tomada a cien años.
Se abre, con este shock devaluatorio, que representa una depreciación del peso argentino del 118 % respecto del dólar, un nuevo plan de destrucción de la economía argentina. El nuevo proceso de apertura indiscriminada de importaciones, en detrimento de la industria y la producción nacional, con su consecuente caída progresiva del empleo, profundización de la pobreza y la marginalidad mediante la quita de subsidios al transporte y a la energía.
Este proceso, premeditado y planificado por los mismos de siempre, tiene su objetivo puesto en reconstruir la colonización partiendo de la primarización total de la economía y llevado adelante desde un visón que carece de empatía con el sufrimiento del pueblo.
Un plan que carece de sustentabilidad económica, social y política predice una inmediata crisis socioeconómica con derivaciones institucionales.