La imagen de don Gualberto Solano, un humilde trabajador de Tartagal, provincia de Salta, rezando de rodillas, pidiendo un milagro o bregando por justicia es conmovedora. A Daniel Solano, la madrugada del 5 de noviembre de 2011 lo emboscó la policía, lo golpeó y lo hizo desaparecer. Su padre, Gualberto comenzó la búsqueda y reconstruyó una historia que revela la trama de la explotación laboral en Río Negro y la complicidad judicial. Pero también descubrió en quién confiar, dónde apoyarse y cómo construir una condena social. “No puede atentarse permanentemente contra el pueblo, contra sus hijos humildes, con toda impunidad.