Eduardo Soler
El conflicto en torno al CONICET se desató en diciembre frente al anuncio de la reducción en el número de ingresos a la carrera de investigador. Sin embargo, las últimas novedades refuerzan un diagnóstico: no se trata de un mero ajuste económico, sino de un recorte ideológico de qué se puede investigar en el organismo. La política de priorizar los llamados «temas estratégicos» pone en evidencia la visión del Ministro de Ciencia, Lino Barañao, de apoyar las tecnociencias -como la biotecnología- cuyas utilidades se derivan al modelo extractivo y en particular al agronegocio.