Luciano Bolinaga y Ariel Slipak
Una de las transformaciones más importantes para la economía global y las relaciones de poder a principios del siglo XXI fue el ascenso de China como gran potencia y la influencia que comenzó a ejercer en la periferia del sistema. Si bien la mayoría de los gobiernos de América Latina rechazan las políticas otrora implementadas por el Consenso de Washington, aceptan un nuevo esquema de vinculación asimétrico con otra gran potencia y que tiende a fomentar la reprimarización productiva de sus economías.