Eric Nepomuceno
Con aprobación de 5 por ciento de la opinión pública, Michel Temer, que ocupa la presidencia de Brasil gracias a un golpe institucional consumado hace año y medio, decidió atender de manera radical a la demanda insistente de su único respaldo efectivo, los dueños del dinero: privatizar todo lo que se considere privatizable. Es decir, el patrimonio del país.